Martes, abril 20, 2010
Política//País//Las reuniones que mantuvo recientemente la presidenta de la Argentina con sus pares de Chile y de Uruguay, no hacen más que reforzar la necesidad de mantener una excelente relación con los países vecinos, a quienes debe sumarse Brasil.
Las recientes asunciones de José Mujica, en Uruguay y de Sebastián Piñera, en Chile y la intención manifestada por
los dos mandatarios de estrechar vínculos económicos y en temas bilaterales, abre una nueva perspectiva y obliga a la Argentina a repensar una política exterior que, hasta el momento, se ha dirigido a mantener una relación más cercana con países con los cuales no comparte fronteras ni intereses comerciales comunes, como es el caso de Venezuela.Deriva también en la necesidad de observar a Brasil, más como socio estratégico que como competidor, habida cuenta del crecimiento exponencial de ese país como potencia internacional, con quien conviene trabajar en conjunto y evitar planteos que separen a ambos países y que terminan perjudicando en muchos casos a las economías regionales, como sucede con la vitivinicultura, a raíz de las trabas que la Argentina impuso al país carioca en los artículos de cuero y electrodomésticos y la contrapartida brasileña sobre productos agrícolas “sensibles”.
Si nos atenemos a los hechos, el cónclave -llamativamente no informado con anticipación- entre Cristina Fernández y José Mujica fue más que interesante, en razón de que se puso sobre la mesa de discusiones un tema fundamental para las relaciones entre los dos países: el conflicto por la papelera Botnia y el posible levantamiento del corte de rutas que los ambientalistas argentinos realizan en el puente sobre el río Uruguay, en Gualeguaychú.
Una situación que se extiende en el tiempo y que resulta difícil de entender, de no ser por los errores políticos cometidos por el ex presidente Néstor Kirchner, impulsado por una decisión electoralista que dejó en una incómoda posición a la Cancillería argentina. Los dos países se han comprometido ahora a respetar el fallo del Tribunal Internacional de La Haya -que se conocerá hoy- y a cumplirlo, según aseguró el canciller argentino.
En el caso de Sebastián Piñera, su actitud demuestra el grado de interés que Chile tiene para con la Argentina. Fue el nuestro el primer país que visitó como flamante presidente -después viajó a Brasil y a Estados Unidos- aun a pesar de algunas voces en contrario que surgieron desde sus allegados.
En su reunión con Cristina Fernández, ambos países reafirmaron la voluntad de profundizar los vínculos bilaterales, dejando de lado las diferencias ideológicas y profundizaron las relaciones comerciales, económicas, científicas y culturales. El único tema que dejó un sabor agridulce para los mendocinos fue el del túnel trasandino.
Porque mientras Cristina Fernández hizo alusión a “ese (tren) trasandino que debemos construir”, Sebastián Piñera respondió que resulta “absurdo” gastar miles de millones de dólares en puentes y túneles “para encontrarnos con aduanas que nos alejan”, priorizando la necesidad de agilizar los trámites en la frontera y casi como anticipando la poca predisposición chilena para ese emprendimiento.
Más allá de ese tema específico, resulta necesario que la Argentina haga hincapié en el armado de su política exterior, en su buena relación con los países vecinos. Tanto con Brasil, como con Uruguay y con Chile compartimos no sólo fronteras comunes, sino también intereses comerciales y geopolíticos. El mundo globalizado ha demostrado que aun lo países más importantes han priorizado el trabajo en bloque por sobre las acciones individuales.
Escrito por: Editorial de diario Los Andes
Fuente: Los Andes
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