Los Alfajores no vencen

Sin duda el movimiento cultural en Mendoza y en todo el País está sufriendo constantes cambios. Particularizando en lo que respecta a bandas de rock, los cambios son constantes. Nuevas formaciones, cambios de músicos, muchas disoluciones que concluyen con el lanzamiento solista de algunos de sus integrantes.

A la hora de formar una banda, muchos comienzan con la idea de que sea un proyecto de amigos que se reúnen por amor al arte y luego con el tiempo esa banda familiar culmina siendo una empresa donde sus integrantes son meros trabajadores y cuyo rol o posición pende de un hilo, esto quiere decir que si el día de mañana tu función no es cumplida en pos de la leyes de marketing y de libre comercio, serás despedido cual jugador de naipes que tardó en poner la mano sobre la mesa, tirando al tacho todas aquellas letras revolucionarias que defendían al trabajador frente al opresor capitalista.

En el país ejemplo de empresas hay muchas, se las puede ver en publicidades que exceden lo musical, o en lo que se decía anteriormente, en el cambio constante de sus integrantes como si fueran empleados. Otro aspecto que es notable de este organismo con fines de lucro, es el estudio de la línea de tiempo de la banda donde los cambios músicales han ido de la mano de las modas que la industria impone.

Si bien el fin de lucro está en todos los aspectos y sobre todo es respetable, lo que aquí hace ruido es el medio por el cual se busca dicho dinero. Un ejemplo particular a nivel nacional, se puede dar con la banda de mataderos, "La Renga" banda que desde sus inicios se plantó como una banda familiar, donde si bien el trío (o cuarteto) que enfrenta al público es indispensable en la composición artística, cada ser humano que está detras del telón también lo es, y este es un ejemplo de organización por asi decirlo socialista. Una banda que sin dudas ha crecido con el tiempo y ha sabido en su momento mantenerse al margen de lo que la industria demanda.

Volviendo a la provincia que me hospeda, en el teatro Plaza, me tocó presenciar un show de una banda que ha sabido mantener sus ideales en pos de sus gustos musicales. "Los Alfajores de la Pampa Seca" brindaron un show a beneficio del fondo solidario para artístas mendocinos (FOSAN). Si bien la excusa fue la ayuda a aquellos artístas locales que no la están pasando del todo bien, fue un buen momento para reencontrarse con su público por momentos familiar y por otros nuevo, jóvenes que se acercaron a escuchar rock y blues.

Los alfajores llevan un poquito más de 20 años sobre los escenarios de Mendoza, y llama la atención que los cuatro integrantes actuales son los mismos que comenzaron allá por fines de los 80'. Verdaderamente, "Los Alfajores" son un ejemplo de banda de amigos, esto se lo puede apreciar en el escenario, donde no sólo entra por los oídos buena música sino también casi un sketch humorístico comandado por Sergio Bonelli y acompañado por los demás integrantes. Lo que hace pensar que para ser blusero no solo tenés que saber de tiempos y escalas, sino también tenés que tener humor.

Pero lo que quiero resaltar acá es el mérito de estos precursores de la música local, que a pesar de no obtener grandes réditos económicos, han mantenido sus ideales y estructuras musicales. "Los Alfajores de la Pampa Seca" son ya una leyenda mendocina, que con el tiempo se ha vuelto más exquisita, como aquel vino que día a día asienta sus bases de preciosura o como aquel alfajor que nunca se venció. Estoy seguro que cuando pasen los años, estos muchachos serán, o ya lo son, la referencia principal del rock y blues mendocino y del país también.

Pueda ser que muchas bandas que hoy comienzan a gestar sus sueños, mantengan la fuerza y unión que los llevó a comenzar con ese proyecto. Y que de vez en cuando piensen si lo que quieren formar es un banda de rock, o una empresa, que busca exportar sus productos y explotar a sus empleados.

Escrito por: Francisco Martinez Espinosa
Fotografía:Francisco Martinez Espinosa

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