Una pregunta que se repite: ¿Dónde está Julio Lopez?


Lamentablemente la desaparición de Julio López se ha convertido en una noticia de aniversario, cada año que se cumple se lo recuerda con más fuerza, como una nota más. Esto no solo se debe a que los medios no lo tratan sino a que no ha habido muchos avances en la investigación.

Julio López estuvo detenido-desaparecido desde octubre de 1976 hasta junio de 1979 durante la última dictadura cívico-militar. Su testimonio fue determinante para condenar a Miguel Etchecolatz, ex Director de Investigaciones de la provincia de Buenos Aires y mano derecha del general Ramón Camps, jefe de la policía bonaerense durante los años del terrorismo de Estado. Miguel Etchecolatz fue condenado a cadena perpetua en una cárcel común por crímenes cometidos en el marco de un genocidio, la primera condena de este tipo.

Pero en la mañana del 18 de Septiembre de 2006, Jorge Julio López, salió de su casa, ese día se exponían los alegatos de la querella en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz, proceso del que había sido un testigo imprescindible. Pero Julio no llegó al tribunal y desde entonces no se supo más nada de él.

Pasaron cuatro años y es muy poco lo que avanzó la investigación judicial. Primero se creó una comisión, integrada por personas relacionadas con la dictadura como el Superintendente Roberto Silva, que ingresó a la Bonaerense en marzo de 1977; o Alberto Farinelli, que integró la Dirección de Inteligencia de la policía durante la dictadura. Durante un año y medio la carátula de la causa fue “averiguación de paradero”. Demasiado tiempo pasó hasta que los investigadores se centraron en lo que realmente pasó, el secuestro y desaparición de una persona.

Cuando la causa comenzó a profundizar en el círculo de instigadores, ideólogos y ejecutores, el Juez federal a cargo, Arnaldo Corazza, se apartó; quedando como responsable de la investigación el magistrado Humberto Blanco, que apartó a la Secretaría Especial (que había realizado importes avances) y dejó otra vez la causa paralizada.

En 2010, la única novedad (si así puede calificarse) fue la declaración en marzo del médico policial Carlos Osvaldo Falcone, que fue citado porque en su casa de Mar del Plata se halló, el año pasado, un auto en el que se sospecha habría sido secuestrado López.

Falcone figura en la agenda que se le secuestró a Etchecolatz tras la desaparición de Julio, y se sabe que visitó al represor en la cárcel de Marcos Paz al menos dos veces. En la declaración se le preguntó por el Volkswagen Gol color azul metalizado, sin patente y oxidado, secuestrado en su casa marplatense. Falcone respondió que se lo habían prestado y que no sabía que era robado. Además, negó haber dicho alguna vez que en ese auto había sido secuestrado López.

A pesar de las pruebas y las informaciones, la causa continúa circulando por los pasillos judiciales sin que ningún juez o fiscal se preocupe en continuar las investigaciones.

Distintos organismos de Derechos Humanos señalan que la segunda desaparición de Julio López es una clara consecuencia de la impunidad y la vigencia del aparato represivo en Argentina. Consideran que se trató de un mensaje, una amenaza para que se suspendan los juicios contra genocidas y para amedrentar a los testigos de los distintos procesos que se desarrollan en el país.

Además, critican al gobierno nacional por no mencionar el tema. Por el lado de la provincia, pocos días antes del nuevo aniversario, el gobernador Daniel Scioli se acordó que López aún está desaparecido e incrementó la recompensa para quien aporte datos sobre su paradero: ahora es de 1,5 millones de pesos.

Sería muy importante para la causa que este tema no sea un punto en el océano sino que se convierta en parte principal de la agenda política, porque pasan los años y seguimos sin novedades, y no es muy democrático acordarnos solo para los aniversarios, para salir del pasado hay que resolver los problemas del presente.

Por: encombustioninterna
Fuente: redeco.com.ar

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