Oscar Esperanza Palavecino se presentó la noche del sábado en el Auditorio A. Bustelo, luego de que su espectáculo fuese reprogramado por el duelo nacional.
Con un aire de butacas vacías a las 22:15 el escenario mendocino recibió a 11 músicos imponentes con un vestuario y un despliegue escenográfico tradicionalista. “Zamba alegre” y “Hechemos leñita al fuego”, dos de sus nuevas canciones, comenzaron a vibrar pañuelos, al compás de cinco guitarras, tres violines, un bombo y un bandoneón.
El Chaqueño con su humor y carisma realizó un recorrido por sus 25 años con la música, contando anécdotas y regalando palabras de alago para sus músicos y amigos que lo acompañan desde sus comienzos. Tampoco podían faltar los merecidos homenajes a grandes del folclore nacional como Horacio Guaraní y el infaltable vino mendocino.
Las parejas de baile fueron protagonistas de zambas y cuecas. “La flor amarilla” y “Balderrama” fueron los clásicos elegidos por una pareja que explosivamente felices, subieron al escenario a compartir espacio con el músico que pidió la popular canción del boliche salteño para que se luciera la dama.
Se alcanzó un clima de peña que hizo disfrutar al público de una energía impactante, con el sonar de sus clásicos “Amor salvaje”, “Juan de la calle”, “La ley y la trampa” entre otros y para el cierre “La chaya”.
Al final mencionó el caso de su enfermedad y una vez más dejo a la vista su compromiso social, una de las grandes cualidades de un artista que nunca bajo los brazos y jamás perdió la fe en su talento.
Escrito por: Cyntia Garavello
El Chaqueño y su cuarto de siglo con la música
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