Violencia contra la mujer, es el momento de decir BASTA


A pesar del paso del tiempo, la violencia hacia las mujeres no cede. Redes de trata para la explotación sexual, femicidios, violaciones, relaciones desiguales laborales, las muertes por abortos clandestinos, entre otras problemáticas, continúan atentando contra los derechos de las humanas. A casi tres décadas del Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe, momento donde fue declarada esta fecha en homenaje a las “hermanas Mirabal” como un día de la no violencia, las mujeres salen a las calles para seguir batallando contra este histórico flagelo para construir una sociedad más justa, libre e igualitaria.

Fue así como en aquel Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe, celebrado en Bogotá en el año 1981, se definió declarar el 25 de noviembre como el Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres. Lo simbólico de la fecha remite al día en que asesinaron a Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas de la resistencia popular contra el régimen de opresión desatado en República Dominicana, al mando de Rafael Trujillo. Sus asesinatos se convirtieron en un símbolo de lucha y memoria, habiendo sido ellas, “las mariposas”, reconocidas como activas militantes populares y feministas.

En la actualidad, cada 25 de noviembre es un día de lucha. Hace mucho tiempo que los movimientos de mujeres han logrado la ruptura del mandato que establece el silencio ante la violencia machista, el patriarcado, el racismo y el capitalismo, logrando incidir en que la problemática de la violencia tome cada vez más visibilidad desde distintos ámbitos.

No son hechos aislados

La violencia hacia las mujeres se conforma, por lo contrario a lo que los medios de comunicación masiva suelen demostrar, en una problemática estructural que compete al terreno de la violencia machista, situación que atenta contra la vida de las mujeres a diario y que mucho tiene que ver con “la inseguridad”, permanente que viven principalmente en el ámbito doméstico.

Las expresiones de violencia sobre las mujeres no son hechos aislados, sino parte de mecanismos del varón que en su consideración de obtener a la mujer como parte de su propiedad, pretende retenerla a partir del aislamiento, la amenaza, el supuesto cariño que enmascara a la golpiza, la subestimación, la dependencia económica, la humillación en público y la violencia física. Esta última característica toma directamente al cuerpo de la mujer como trofeo y objeto de descarga a la vez, en tanto dueño del mismo. A pesar de la existencia de marcos legales, como la ley de protección contra la Violencia Familiar, que avala el derecho a no sufrir ningún tipo de violencia (física, psicológica, sexual, económica), o la ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, en la Argentina no existen registros oficiales, indicador de que la tarea de romper el silencio e iniciar la denuncia sigue siendo compleja. Los tiempos de la justicia, el letargo de la causa judicial, el miedo a perder los hijos e hijas, a que el agresor incremente la violencia, el desconocimiento sobre la propia normativa legal y la no efectivización de la misma, hace que las estadísticas de violencia a partir de las denuncias realizadas, también indiquen una gran parcialidad sobre el problema.

Por eso, nuevamente en este 25 la calle es el escenario para no olvidar. La calle se dispone como el lugar para escrachar, gritar, intervenir, alterar, movilizar y denunciar la existencia de todo tipo de violencia hacia las mujeres, como las irregularidades desde las políticas públicas creadas para detener este flagelo. Este 25 todas las voces se unen y la violencia sale de la casa, del lugar de trabajo, de los prostíbulos, rompe el cerco del silencio y toma el cuerpo en femenino y en plural de la denuncia.

Tal como refieren las mujeres de la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina (COMPA), “hoy, nuestra obstinada memoria colectiva continúa, porque nuestros cuerpos no olvidan los más de cinco siglos de conquista y colonización. Nuestros cuerpos son memoria de todos los genocidios, de todas las violencias con que se impusieron, en Nuestra América, simultáneamente, capitalismo, racismo y patriarcado”.

En Mendoza, como en el País, se realizarán diferentes marchas, la local será en el kilómetro 0 (Garibaldi y San Martin) a partir de las 18 el jueves 25 del corriente.

Lo primordial, ante esta situación, es la toma de conciencia y la denuncia inmediata y sin miedo de estos casos.

Fuente: prensa de frente

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