Donación de órganos

Segundo puesto para Mendoza en donación de órganos. Después de Capital Federal, nuestra provincia lidera el ránking nacional de donaciones de órganos. Hasta el momento se ha realizado el décimo cuarto operativo en lo que va del año.

De acuerdo a los datos del Instituto Coordinador de Ablaciones e Implantes de Mendoza (INCAIMEN), la tasa de donantes locales supera ampliamente la registrada a nivel nacional. Aquí, cada un millón de habitantes la cifra llega a 7.93 mientras que la tasa nacional es de 3.73.

Las estadísticas también muestran que la provincia lidera junto a Capital Federal -que presenta un índice de 8.17 por millón de habitantes- el ranking nacional en cuanto a donaciones. Le siguen Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, según diario Los Andes online.

En la actualidad, 9.151 argentinos de todas las edades se encuentran aguardando la noticia que les ayude a mejorar su calidad de vida; de ellos, 390 son mendocinos. Entre ese total, encabezan la lista aquellos que necesitan un riñón, córneas, hígado, corazón y pulmones, entre otros órganos. Desde enero hasta la fecha se concretaron 655 trasplantes en nuestro país, de los cuales 56 son mendocinos.

El tiempo de espera estimado varía de acuerdo a la gravedad de cada caso y la compatibilidad entre el dador y receptor, pero sobre todo influye la frecuencia con que las familias de los fallecidos accedan a la ablación con el consentimiento previo que haya firmado el paciente donante.

Según los registros del organismo encargado de garantizar la accesibilidad al trasplante en toda la Argentina, 225 intervenciones fueron de riñón, 285 de córneas, 84 de hígado, 12 de pulmones, 23 de riñones y páncreas, uno de intestino, uno de hígado y riñones y uno de hígado e intestino.
La nueva Ley de donación y el trasplante de órganos y tejidos se rigen en Argentina por la Ley 24.193, que desde el 22 de enero de 2006 incorpora las modificaciones introducidas por la Ley 26.066, también conocida como Ley de Donante Presunto. Según lo explica el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante-Argentina (INCUCAI).

La normativa establece que toda persona mayor de 18 años pasa a ser donante tras su fallecimiento, salvo su oposición a esto. En todos los casos, el registro expreso de la voluntad de las personas debe efectuarse por escrito, al igual que su revocatoria. De este modo, cada ciudadano puede decidir en vida acerca de la donación de órganos manifestando su voluntad afirmativa o su oposición.

De no existir manifestación expresa ni a favor ni en contra, la ley presume que la persona es donante. En ese caso, en el momento de la muerte, el INCUCAI o el organismo responsable solicita testimonio a la familia sobre la última voluntad del fallecido respecto a la donación de sus órganos y tejidos.

Lo mismo sucede con menores de 18 años, sólo los padres o representantes legales pueden decidir sobre la donación y autorizar o no la ablación de órganos y tejidos.

Teniendo en cuenta lo complejo del tema “Donación de Órganos” se dan dos situaciones distintas, pero que a su vez están unidas. Por un lado la libertad de elección que se tiene a la hora de decir si se quiere o no ser donante. Pero por otro, no tener la misma libertad si se esta a la espera de ese órgano, porque en ese caso no depende de uno mismo sino de la voluntad de un tercero.

Respecto al tema, Claudia Yarza, en un fragmento de su texto “La Dimensión Moral de la acción Humana” explica la diferencia de los “actos humanos” que son actividades que realizamos sin pensar; por contraposición con los “actos del hombre”, aquellos en los que se verifica que actuamos a voluntad.

Es decir que todos aquellos actos que son por voluntad propia, que requieren de nuestro pensamiento y de nuestro razonamiento, sólo depende de nosotros mismos. Y es la ética que se encarga de emplear el concepto de agente moral para referirse al sujeto con capacidad de responsabilizarse por sus actos, y por ende, de la libertad. El acto de donar órganos, es un acto de voluntad propia que favorece a mejorar la calidad de vida, y en el mejor de los casos a salvarles la vida a las personas.

Escrito por: Daniela Molina (ATPA)
Fuente: (ATPA)

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