Lunes, Mayo 3, 2010
Comunicación//Medios//En 1993, la Asamblea General declaró el 3 de mayo como día mundial de la libertad de prensa, por recomendación de la Conferencia General de la UNESCO que como resultado de la resolución de 1991 que habla sobre la "promoción de la libertad de prensa en todo el mundo", ha reconocido que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de cualquier sociedad democrática.
Esta fecha coincide con el aniversario de la Declaración Windhoek, adoptada el 3 de mayo de 1991 y a través del mundo, este día le recuerda al público las violaciones a los derechos de la libertad de expresión y que muchos periodistas, alrededor del mundo, han puesto en riesgo sus vidas por decisión profesional, en un esfuerzo de promover el libre flujo de la información, afirmando la libertad de prensa a nombre de todos los miembros de la sociedad.
Al respecto voy a citar el patético escenario de los Martin Fierro dónde periodista que pasaba le agradecia a Daniel Vila, que disfrutaba con altura la cogotuda cena, la posibilidad de decir lo que pensaban, o sea le estaban agradeciendo que este señor les esté dando un derecho.
Majul, cuando fue a recibir su inmerecido premio a mejor programa periodístico, le pidió a la Presidenta Cristina Fernández y al diputado Néstor Kirchner que “detengan este ataque a la prensa” y que solo se puede parar “si hay un pedido explicito del gobierno”.
Últimamente me he cansado de escuchar a los periodistas independientes o dependientes de medios independientes hablando de que en nuestro país no hay libertad de expresión, de los "ataques al gobierno" ataques que se dan en el plano de las ideas y las palabras ataque del cual ellos son parte cuando tienen la libertad de decir lo que se les cruza en la cabeza. Porqué no se preguntan si en el medio que se trabaja existe libertad de expresión.
Al rato, Eduardo Aliverti respondió a aquellos periodistas que dicen tener miedo. "Tengan más respeto por las palabras algunos que dicen que tienen miedo", reclamó Aliverti desde el escenario. "Acá se chupó demasiada gente, se picaneó, se violó, se tiraron cadáveres al mar, como para que venga alguno a decir que tiene miedo", apuntó.
En esa época en la época de plomo si que no había libertad de expresión, una palabra de más se pagaba con un bala y hasta el silencio solía costar la vida.
Hoy las palabras se pagan con puestos de trabajo, que a veces cuesta la vida. Muchos periodistas que hablan de la libertad de prensa son ignorantes de que ellos reproducen la ideología de quién les paga. Me remonto, un poco, al año pasado en la provincia de Mendoza, donde se debatía con esmero la ley de servicios audiovisuales. El periodista José Hernández que trabaja para multimedios Uno, no emitió ningún tipo de opinión con respecto a dicha ley, lo sorprendente no es esto, sino que este periodista sigue trabajando para la Universidad Nacional de Cuyo, institución que ha sido bastardeada las veces que se ha podido desde ese medio.
Entonces lo que me pregunto es ¿Tendríamos que hablar de libertad de prensa o de empresa? ¿La liberad de prensa es una protituta de los grupos mediáticos?
Escrito por: Francisco Martinez Espinosa
Fotografía:cencos.org
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