HC: El oro negro, mancha las calles de sangre


El tema más chispeante de la semana pasada es sin dudas el ataque por parte de Francia y Reino Unido en una coalición junto a Estados Unidos, en una nueva colonización armada disfrazada de democratización de las sociedades, y que guarda bajo la máscara el rostro negro del petróleo.

La impunidad que maneja la potencia del norte a la hora de dictaminar la muerte de civiles de países en conflicto cada vez es mayor, se pudo llegar a pensar que Estados Unidos, con la presidencia de Obama iba a desviar el camino de la resolución armada, pero al parecer el fanatismo por el plomo de Estados Unidos existe por detrás de la figura presidencial.

Liderada por Francia desde el aire y por los EEUU e Inglaterra por mar, la operación conjunta de la OTAN recibió los nombres de Odisea al Amanecer, operación Harmattan y Ellamy. Que sea Francia la abanderada y no los EEUU puede responder a varios motivos: por un lado las pésimas experiencias en Irak y Afganistán para el país del norte, no le dejan mucho margen de exposición a la administración Obama que viene recuperándose de la derrota de las legislativas del año pasado.

El objetivo central es ir contra el régimen de Trípoli, pero acaso, las bombas que son tiradas sobre el suelo de Libia, son tan inteligentes como para disernir entre quienes pertenecen al régimen y quienes no. Sin dudas estos tipos de ataques, a los cuáles la potencia del norte nos tiene acostumbrados, no pregonan la búsquedad de la paz, porque la paz no se hace con guerra.

Diez años pasados del inicio del siglo, resulta retrogrado pensar que pontencias democráticas resuelvan temas democráticos mediante la pólvora.

En estos años líquidos y posmodernos mucho de los siglos 20, 19, 18, 17, 16 sigue vigente. Puntualmente dos cosas: países centrales interviniendo con el argumento humanitario pero interesados esencialmente en el oro negro que en Libia abunda cual soja en la pampa; y, también, esos mismos países, poderosos militarmente, que pelan chapa de demócratas con países pequeños.

Mientras muchos miran las fotos de los bombardeos como algo llamativo y sorprendente, en las calles de Libia circula sangre de gente inocente. Que tenemos que esperar para que tanto los régimenes totalitarios aun vigentes que destruyen los pueblos donde se radican, se diluyan como así también los régimenes demócraticos y totalitarios dejen de descargar sus armas sobre pueblos en busca de oro negro.

Por: encombustioninterna
Fuente consultada: Prensa Latina
, noticiasdelsur.com

0 Comentar:

Publicar un comentario

Comparti este espacio

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More