Una epoca de oscuridad cada vez mas clara

Continúan los juicios por la dictadura, en Mendoza, y se mantienen latentes en todo el país. En la jornada del día 10 de marzo se ejecutaron una nueva serie de declaraciones de testigos sobre los años de plomo. Previo a un día histórico para la justicia provincial donde Luis Miret fue destituido.

Durante la jornada declaró Angélica Cappato, quién era amiga y compañera de estudios en la carrera de Medicina de Silvia Campos, aún desaparecidad y secuestrada el 15 de mayo de 1976 cuando estaban juntas en la casa de la víctima; y un vecino que observó cómo se llevaron a la joven de 23 años en medio de gritos de terror.

Raúl Alzamora, quien era vecino de los Campos, recordó haber escuchado gritos de terror e insultos contra la chica, que lo llevaron a asomarse a la ventana.

Silvia Campos estaba en su casa, compartiendo el cuarto con su compañera en Medicina, Frida Cappato, en el momento que llegó la patota a secuestrarla. Ese 14 de mayo del ’76, ambas había rendido y aprobado Farmacología, luego fueron la cine y de allí a la casa de Silvia, según relató la compañera. Ella recordó que el ingreso de las fuerzas a la casa fue por demás violento; confirmó su vestimenta: borceguíes y pantalón de fajina, pero no aportó otros datos porque fue encapuchada con la funda de la almohada. Agregó que no hubo requisa ni llevaron bienes de la casa sino que arrancaron a Silvia de la habitación y se fueron. Entendió que el operativo era inesperado ya que ellas diariamente asistían a cursar al Hospital Central y, al ingresar, les pedían los documentos para cotejarlos con una lista de alumnos que verificaba un retén del Ejército. Nunca habían tenido problemas.
Frida Cappato, hoy médica en San Juan, hizo una elogiosa evocación de Silvia Campos, dijo que era muy lida y definida. ”Nunca encontré el motivo de su secuestro” añadió, no se le conocía militancia, pero aclaró que Silvia creía que los médicos tenían un importante rol a cumplir, era una defensora de la “equidad y la justicia social “dijo. Algo cerca del socialismo.

El vecino escuchó gritos de terror
Raúl Alzamora, vecino de la familia Campos vio por la ventana cuando Silvia era cargada por la patota. Relató que la joven se resistía y en el tironeo golpearon el portón de su casa, lo que le hizo presumir que se trataba de un altercado personal, entonces llamó a la policía pero tardaron horas en llegar.

Desde un ángulo privilegiado pudo comprobar que “reventaron” la puerta de ingreso a la casa de los Campos y sacaron Silvia en ropa de cama y sin capucha; insultada con vergonzantes epítetos, que Alzamora no pudo repetir a pesar del pedido del Ministro Cortez, recordó que la respuesta de la joven al ataque eran “gritos de terror”. “Se la llevaron en forma equivocada, al igual que a la hermana” agregó el vecino.

Policía González no creíble
Abel González perteneció a la Seccional 29 de Maipú; era el oficial de guardia en el momento del secuestro de los hermanos Talquenca, realizado en su jurisdicción. Según consta en el libro de novedades, él había salido en el móvil a patrullar en el mismo momento en que se producía el operativo; sin embargo negó estar al tanto el hecho. Más aún, dijo ignorar las repetidas denuncias y reiteradas visitas del padre de los Talquenca a la Sec. 29º, en busca de datos sobre sus hijos, cuando él era la persona encargada de atender esas demandas. Desconocer el operativo y no haber visto al padre de los Talquenca en la comisaría lo deja en falta.

González, de unos 60 años, más que desmemoriado se mostró muy lúcido y pertinente en cada respuesta a los interrogantes formulados; se pintó a sí mismo como un legalista, conocedor de las atribuciones de la policía. Además, se esforzó por despegarse de los ilícitos y de paso, trató de dejar bien parada a la institución; remató sosteniendo: “de las desapariciones me enteré por los medios”.

Miret destituido
El día viernes 11 de marzo, el Consejo de la Magistratura destituyó al camarista mendocino Luis Miret, al término de un jury de enjuiciamiento donde se lo encontró culpable por mal desempeño de sus funciones y posible comisión de delitos.

Con esta decisión, Miret perdió su jubilación, sus prerrogativas como magistrado nacional y quedará ahora sujeto a la causa penal que se sigue en su contra en Mendoza por delitos relativos a presunto encubrimiento o falta de investigación de delitos de lesa humanidad en la última dictadura militar.



Por: encombustioninterna
Audio: Priscila Jardel/Radio Universidad FM 96.5
Fuente: juiciosmendoza.blogspot.com, Diario Los Andes.

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